Lo noto muy duro y me gusta 3


Leer segunda parte
Te abandonas a mis gemidos y contorsiones de placer, perdiendo la noción del tiempo, en un laberinto sin fin entre tu lengua y mi clítoris. No paras de hacer círculos con la punta de la lengua. Unas veces más rápido, más despacio otras. No es suficiente, lo tengo henchido de placer. Me noto muy mojada. Mi mano aprisiona tu pene con tal fuerza que me palpita en ella. Nos miramos en un instante de lucidez en medio de aquel trance. Parece todo muy borroso, producto de la embriaguez, de la excitación. Nuestras lenguas se desean, nuestras cabezas se unen y mientras nos besamos desenfrenados, me tumbas en la cama y te ofrezco mi coño, invitándote.

Tus movimientos son bruscos y torpes al principio. Decido esperar, quiero relajarte un poco, y vuelvo a meter tu polla en mi boca. Mi lengua la lubrica y la prepara para jugar con mi coño. Percibo que tienes una erección fuera de lo común, incluso temo una eyaculación espontánea, pero puedo controlarte, en cada momento pulso la tecla adecuada para que la sinfonía suene perfecta. Ya te siento preparado. Me tumbo sobre la espalda, clavando mis ojos en los tuyos. Te agarras firmemente a mis caderas y mientras busco tus labios, noto como me entra hasta el fondo. Entra suave, directa. Se ajusta a la perfección. Un rayo me atraviesa de la cabeza a los pies. Sólo se oye un jadeo sordo y pausado que brota de mi garganta. La sacas despacio, sintiendo su pálpito durante el movimiento.
Tras acariciarnos y besarnos unos instantes, vuelves a entrar. Entras en mí y sales, totalmente, varias veces, siento el placer en cada incursión, en cada retirada, clavo mis uñas en tu culo, apretándote hacia mí para que no vuelvas a sacarla y me folles con fuerza…
Sentirte dentro de mí es una experiencia sublime. No quiero que salgas, mantenla dentro, fóllame hasta lo más profundo. Mis piernas aprisionan tu espalda, mis caderas llevan el ritmo, embistes, un burbujeo que procede de mi coño suena con cada embestida, tan mojado está, ya gimo sin freno, cuánto placer, cuánto lo deseaba, tan intensos los preparativos, ahora recojo el premio, me siento a punto del orgasmo, tu rugido dialoga con mis gemidos que ya se han tornado gritos, qué dura la siento, qué firme, suave en el deslizar, a veces sin prisa, a veces con violencia…apenas puedo soportarlo más, es un fuego que me quema desde dentro, cada entrada es un paso menos hacia el clímax, uno menos para estallar. Te intuyo a punto de derramarte dentro de mí y aprovecho para voltearnos sin que salgas de mi interior, cabalgando ahora sobre ti entra más profunda, su roce con las paredes de mi coño me hace erguir el torso apuntando los pezones hacia un techo que nos contempla en ebrio goce.

Aprovechas para lubricar tu dedo en mi propia humedad y juegas con el apretado círculo de mi ano, mayor placer, introduces el dedo sólo un poco, justo en la frontera del anillo que se cierra en torno a tu dedo, repartiendo mi placer en ambos frentes, y yo sólo puedo apretar mis propios pechos intentando ahogar los gritos que ya no puedo evitar…continuará… Leer ultima parte


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